Los terrenos cultivados de la masía Brunnerhof se encuentran poco distantes entre sí, lo que no normal en una zona de montaña como la de la Val Venosta. "Mis trayectos para llegar hasta el trabajo son increíblemente cortos", explica Franz Brunner, que gestiona la masía desde el lejano 1968 y que desde el 2002 pasó al cultivo biológico para las variedades Gala, Golden, Red Delicious, Braeburn y Fuji. 
Varios tipos de frutas y hortalizas, zonas de plantas aromáticas y un estanque natural enriquecen la biodiversidad y añaden color a la flora y fauna. Franz fue uno de los primeros en dedicarse la agricultura biológica. Ya en los años setenta adquirió la formación necesaria para ello, a través de cursos a distancia. 
Desde entonces también la alimentación de la familia vivió un cambio. Su huerta fue el lugar para los primeros experimentos. Hoy como entonces, el ambiente y la salud son inquietudes centrales en el trabajo de Franz Brunner. "Los agricultores somos la primera anilla de una larga cadena. La forma en la que hacemos que empiece el ciclo, influye en los que continuarán".