Mi historia
Mi hijo Manuel y yo formamos un equipo muy unido en nuestros manzanos de Latsch. Cultivamos manzanas como actividad secundaria. En 2018 convertimos a ecológica la producción de nuestras Royal Gala y Pinova. Los conocimientos que Manuel adquirió durante sus estudios en la Escuela Profesional de Fruticultura, Viticultura, Horticultura y Floricultura de Laimburg nos resultaron muy útiles. Al principio fue él quien me dio a conocer los diferentes insectos y sus hábitos. Era capaz de reconocerlos, distinguirlos entre sí y darles un nombre. Poco a poco me fui dando cuenta de la utilidad de los insectos para nuestra agricultura. Me abrí más a las sorpresas cotidianas del manzanar y, sobre todo, me volví más paciente. Al principio, por ejemplo, sólo veía piojos, incluso en grandes cantidades, y tenía el impulso de tomar medidas inmediatas contra esta plaga de los frutales. Hoy gracias a la paciencia y el don de la observación puedo esperar a las primeras moscas voladoras. Así puedo mantener el piojo a raya y mi nerviosismo bajo control.
Es mucho más sensato y, a largo plazo, mucho más fácil dejar que la naturaleza siga su curso y que las posibles plagas sean sus enemigos naturales en lugar de recurrir a medidas precipitadas. Preferimos concentrarnos en crear refugios atractivos para los insectos beneficiosos, construyendo montones de rocas, hoteles para insectos y observando con alegría su llegada.
Sin embargo, no todas las acciones emprendidas conducen al éxito inmediato. Por ejemplo, quería dedicar una lujosa casa nido, comprada a un gran precio, a la hermosa abubilla, pero desgraciadamente nunca llegó a instalarse. Me sorprendió mucho cuando un buen día la oí cantar en el manzanal. Por desgracia, no desde mi acogedora casita-nido, sino desde cualquier otro refugio. ¡Qué esnob! En cualquier caso, me alegré mucho porque era uno de los pocos afortunados que podían admirar regularmente este raro y magnífico ejemplar. Aunque, para ser sinceros, su grito especialmente agudo puede llegar a cansar a la larga. Pero tal vez, al entonar su alegre "canción", sólo quiere agradecerme que le haya proporcionado un lujoso refugio, y desde lo alto del tejado a dos aguas se queda vigilando la abundancia de deliciosos insectos.
Para mí, esto es BIO: Estar atento, tratar la naturaleza con respeto y admiración, y dejar un medio ambiente intacto y sano para las generaciones futuras.