Mi historia
Kuppelwieser Peter y su familia viven pueblo de Plaus que con la vieja fuente, situada bajo el arce protegido, ofrece descanso y tranquilidad.
Peter gestiona su granja con su hijo Simón. Solo durante los periodos más intensos de trabajo necesitan más ayuda. Por ejemplo, durante el verano cuando se realiza la poda y se eliminan las manzanas demasiado pequeñas para permitir que las otras crezcan mejor o durante la cosecha cuando se recogen los frutos. Al igual que todas las manzanas que se cultivan en Val Venosta también las de Peter maduran en condiciones muy especiales: la fuerte variación de temperatura entre el día y la noche y el aire fresco de la montaña hacen que las manzanas se vuelvan muy crujientes, consiguiendo el típico "lado rojizo". Pocas precipitaciones y 300 días de sol al año aportan a las manzanas un aroma inconfundible. Para ellos la producción natural es muy importante, por eso Peter y Simon siguen convencidos a día de hoy de su decisión de producir manzanas orgánicas.
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