Mi historia
Obrero de formación, era un apasionado perfeccionista que trabajaba pacientemente en mi obra hasta conseguir exactamente el resultado que quería. Como agricultor ecológico, pronto me di cuenta de que ya no era posible tener un control total sobre todos los aspectos de la cadena de suministro, y mucho menos sobre el "producto" final. ¿Por qué? Ahora ya no trabajo solo, sino que lo hago en estrecho contacto con la Naturaleza, que ama la libertad y que, al final, tiene mucho más que decir que yo. Durante el primer año de conversión a la agricultura ecológica, cuando las hojas y las manzanas empezaron a mostrar pequeñas manchas negras debido al hongo de la sarna, estuve dispuesto a tirar la toalla. Entonces también llegaron los pulgones. La falta de experiencia tuvo un efecto inmediato y muy negativo en la primera cosecha.
Hoy en día, gracias a las constantes conversaciones con asesores especializados y a un estrecho círculo de amigos, que también son agricultores ecológicos y que comparten mi forma de pensar, este trabajo da sus frutos y me ayuda a mitigar mi tendencia al perfeccionismo. Ha sido un camino forzoso, he aprendido a entender mejor la naturaleza y a aceptar que sigue su propio curso.
La sensación es que cada año nuestras manzanas Gala saben mejor, al igual que mis Golden Delicious, Red Delicious, envy™ y Ambrosia™. Por supuesto, siempre hay cierta incertidumbre en la agricultura, ya que no hay garantías sobre la temporada actual y puede haber muchas incógnitas a las que hacer frente. En el lado positivo, sin embargo, podemos contar con algunas medidas sostenibles y eficaces, gracias a las cuales tenemos la oportunidad de moldear e influir activamente en el resultado.
Como hijo menor de cuatro hermanos, en 2014 me hice cargo de la granja "Kleinmöslhof" en Laces, que dirijo junto con mi familia. En la época de la cosecha principal, en septiembre y octubre, siempre utilizamos algunos ayudantes, mientras que en agosto, cuando es la época de la Gala, y en noviembre, cuando llega la Envidia, solemos hacerlo nosotros mismos.
Los nidos caseros para pájaros hechos con pino piñonero, los numerosos hoteles para insectos hechos con viejos palés o bambú son un feliz refugio para herrerillos, abubillas de colores y útiles tijeretas. Así, la vida cotidiana en la granja y en los prados que rodean el río Plima es siempre animada y variada, y nunca hay un momento de aburrimiento. Con mi actitud renovada, más relajada y positiva ante la vida, ahora me parece casi normal que la naturaleza siempre quiera "dar su opinión".
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„Je quirliger die Wiese, desto besser der Apfel.“
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