Mi historia
Dirijo nuestra granja orgánica con mi padre Kurt, pero mi abuela sigue teniendo mucho que decir. Y es que la madurez es sinónimo de amplios conocimientos. Mi abuelo también nos dio siempre buenos consejos. Como mi padre, estaba lleno de planes. Muchos de ellos se han realizado y me gustaría continuar por este camino.
La conversión a la agricultura biológica es un paso en la dirección correcta: previsor y maravilloso. Para mí es un gran honor haber podido dar este paso como representante de la tercera generación. Pude transformar mi hobby en trabajo, algo que no le pasa a todo el mundo. Mi mujer Tamara creció en una granja lechera y ha trabajado para un conocido productor de yogur. Espero ver a nuestra hija Greta en las pegatinas de manzanas biológicas de Val Venosta algún día. Tiene la suerte de poder pasar su infancia en una granja donde buenos “amigos” ya la están esperando: mariquitas, avispas parásitas Aphelinus mali, tijeras y varias especies de aves. Aún no sabe lo importantes que son estos animales para la agricultura, pero llegará el día en que sea lo suficientemente mayor para entenderlo.
Para mí, la agricultura biológica representa la posibilidad de realizar los sueños de mis antepasados. Me gustaría dar pequeños pasos, tan pequeños como los de mi hija Greta. Prefiero ir despacio y no exigirme demasiado. Nuestro próximo proyecto es la granja "Waalhof", una granja que dirigirá mi esposa y nuestra hija Greta, y que entusiasmará a los futuros huéspedes con agricultura biológica. Paso a paso y con mirada de niño, estoy seguro de que lo haremos.
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