Nuestra finca está ubicada en el centro de Silandro. Es un edificio protegido en las inmediaciones del castillo barroco de Silandro. En el pasado, era una residencia noble cuyos propietarios también poseían las tierras y granjas circundantes.

Cada vez que voy a los huertos de manzanas cercanos con mi hijo Franz, paso por un reloj de sol en la fachada occidental del Castillo de Silandro, que ha estado funcionando en silencio durante siglos. De alguna manera, este simple cronómetro de Renacimiento me recuerda una fecha importante para nuestra familia. En 2015 decidimos convertirnos a lo orgánico. Es nuestro renacimiento personal. No importa si producimos manzanas, vino, castañas, patatas, zumo de manzana o vinagre de manzana... todo es BIO. Para mí, BIO también significa que hago lo correcto con respecto a la protección del medio ambiente y la agricultura sostenible.

Cuando en otoño como mis deliciosas manzanas Kanzi, sé que nuestros antepasados no tuvieron tanta suerte: tuvieron que ceder gran parte de su cosecha a los señores. En cambio, entregamos los frutos de nuestro trabajo a nuestra cooperativa que nos pertenece a todos. También a mi hijo y a mi.