Mi historia
El Tartscher Bühel, en el municipio de Malles Venosta del alto Valle Venosta es un lugar empapado de leyendas, el cual, ya en época preromana, había asentamientos. Aquí Manuel Telser y su padre se dedican juntos al cultivo bio de manzanas. De momento, la profesión principal de Manuel todavía es la de mecánico en Suiza, pero en la escuela superior Laimburg del Tirol del Sur para cultivo de frutas, vino y jardines se formó en el campo del cultivo biológico de manzanas.
El trabajo secundario como agricultor crea un equilibrio beneficioso con su actividad profesional: “Cuando me ocupo por las tardes o el fin de semana de mi explotación bio y estoy en plena naturaleza desconecto muy bien.” Especial ilusión le hace cada año la recolecta de sus variedades de manzana Pinova e Idared, idóneas para el el cultivo bio. Para la cosecha en octubre su padre y él cuentan sobre todo con el apoyo de familiares. Manuel quiere, mediante el cultivo biológico sostenible, aportar su parte a la naturaleza, “para poder seguir produciendo manzanas en el futuro con la conciencia tranquila”. La diversidad biológica tiene para él especial importancia: setos, un riachuelo y sembrados no sólo embellecen aún más el entorno de trabajo, sino que también son un espacio vital idóneo para organismos beneficiosos. Manuel además planta otras frutas y verduras para consumo propio.
A lo largo de los años la explotación de Manuel y de su padre ha ido creciendo poco a poco gracias a la compra y el arrendamiento de prados. El agricultor quiere seguir ampliando el cultivo biológico de manzanas: “Para mí esto es la forma adecuada de trabajar con la naturaleza. ¡Cuidamos la tierra y producimos un aliemnto sano y sabroso para el prójimo!”
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