Mi historia
Mi huerto se encuentra en una posición muy pintoresca en los márgenes del pueblo de Covelano, entre la vía ciclista del Val Venosta y el Parque Nacional del Stelvio. Está rodeado de un bosque frondoso y bordeado por el curso del río Adige y su microclima. El estanque en mi huerto ofrece un hábitat ideal para ranas, serpientes, lagartijas, libélulas e insectos de muchas especies, y naturalmente también para mí y mi familia, que podemos usar este lugar especial para relajarnos y recargar pilas.
A pesar de la biodiversidad y la armoniosa interacción entre plagas e insectos beneficiosos, es necesario prestar especial atención para proteger el fruto de los daños. Por ello, el huerto está cercado para mantener alejados a los conejos y animales salvajes. Los ratones se mantienen alejados mediante trabajos de arado y se adoptan constantemente nuevas y delicadas medidas para mantener un equilibrio saludable. El peral se riega con un moderno sistema de riego por goteo, lo que me permite reducir significativamente los tratamientos necesarios y controlar de la mejor manera la calidad intrínseca del fruto. Yo mismo provengo de una familia de agricultores y siempre he trabajado en contacto con la naturaleza. Además de mi pequeña empresa ecológica, también soy guardián de aguas. Ambas actividades se integran muy bien y se enriquecen mutuamente.
El amor y el entusiasmo por mi “Novembra” crecieron porque estaba buscando un fruto de nicho y finalmente descubrí este tesoro. Desde el principio, esta pera me ha fascinado por su robustez y facilidad de cultivo, su majestuosa apariencia en el árbol y su larga “vida”. El alto contenido de azúcar de 12,8° Brix y la excelente resistencia a la presión garantizan una larga duración tanto en casa como en el almacén para la conservación a largo plazo. Me fascina su fragancia, su sabor dulce, delicado, cremoso y jugoso en la boca, y el hecho de que se puede comer la pera desde verde hasta amarilla brillante sin pérdida de calidad ni deterioro. El uso versátil de esta fruta para la elaboración de aguardiente, compotas, zumos y mucho más alimenta constantemente mi entusiasmo.
Hacia octubre, dependiendo de si el año es temprano o tardío, volveré a recoger mi “Novembra” colocándola directamente en las cajas, para preservarlas de la mejor manera y para que las personas puedan comprar y disfrutar de mis peras BIO, principalmente en el mercado local.
Su amigo de las peras
Stefan Tumler
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“Podéis llamarme Doctor Albaricoque, si queréis.”
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