Con mi familia vivo en Silandro, donde administro nuestra granja de acuerdo con los principios de la producción orgánica. Se trata de una granja antigua que ha estado en mi familia desde hace más de 200 años. Hace muchos años ayudé a mi padre y ahora él me ayuda a mí. Cuando supe que tenía que hacerme cargo de la granja paterna, asistí a un curso agrícola durante dos años. Nuestros huertos de manzanas orgánicas están ubicados en Silandro y alrededores, donde producimos principalmente manzanas. También en nuestro jardín cultivamos patatas y frutas para nuestro propio consumo y también tenemos algunas gallinas.

Me gustaría ofrecer una amplia gama de variedades. Por eso no solo produzco la variedad típica de Val Venosta, la Golden Delicious con su característico lado rojizo, sino también la famosa variedad Gala. Su cultivo es bastante sencillo y cada año su floración me da una gran alegría. En mi opinión, cultivar la nueva variedad Natyra es un poco más complicado, pero vale la pena por su excelente sabor. Durante la cosecha necesitamos ayuda para recolectar las diferentes variedades en el momento adecuado.

La multiplicidad es lo que más me gusta de mi trabajo en los huertos de manzanas. El trabajo manual se alterna con los trabajos con maquinaria agrícola. Si comparo mi método de producción con el pasado, veo una gran diferencia: en general, reflexiono más sobre el cultivo del suelo y sobre la fertilidad y siembro regularmente. Mi objetivo era la agricultura sostenible y, por lo tanto, la conversión a lo orgánico era un paso lógico. Mis conversaciones con un amigo, un productor de BIO, reforzaron aún más mi decisión de dar el último paso.