Durante muchos años he tenido la suerte de trabajar a tiempo completo en una granja ecológica, rodeada del aire fresco de la montaña del valle Venosta. Mi jefe era un productor de manzanas orgánicas de Silandro, que un día, mientras podaba los árboles, dijo: "¡Planta algo!" Y seguí su consejo... cultivando algo propio.

Mi abuelo había heredado vacas y las tierras de su madre en Sluderno; ahora cultivo allí verduras y manzanas en pequeñas cantidades. Aunque todavía estoy empezando, produzco coliflor, patatas y Golden Delicious en una ladera soleada. Me considero un "agricultor doble", fiel a la agricultura ecológica como ocupación principal y ahora también a mi negocio paralelo.

Uno no se convierte en agricultor BIO de la noche a la mañana. Hay que "crecer" practicando. En mi opinión, "aprender haciendo" sigue siendo una buena forma de adquirir experiencia, especialmente en la agricultura ecológica, porque en la naturaleza no se puede controlar que se aplique obstinadamente. La naturaleza es sinónimo de libertad. Esto no es, ni mucho menos, una garantía de éxito. En la agricultura ecológica, más bien hay que aprender a ser flexible y aceptar las variables que impone la naturaleza. La mía es una historia de flexibilidad. He sido flexible como instructor y entrenador de esquí en invierno y como promotor de rutas de senderismo y ciclismo en verano. Al mismo tiempo, siempre he buscado un trabajo que me permita trabajar al aire libre y sentirme libre. Eso es lo que estoy haciendo gracias a la agricultura ecológica.

Lo que me gusta de la agricultura ecológica es la versatilidad y la biodiversidad que caracterizan a un prado y a un campo y la ausencia total de monotonía. A menudo recuerdo las palabras de un profesor de Bioland: "Un agricultor BIO debería ser capaz de reconocer sus propios prados en el fondo del valle, observándolos desde la cima de la montaña. Porque no hay dos prados ecológicos iguales". Estas palabras se han quedado conmigo. La libertad y la versatilidad que se respira en lo alto de las montañas debe encontrarse también en el valle. Con mis nuevas variedades de manzana, Bonita y Topaz, trabajaré con pasión para lograr este objetivo.