Egon Maringgele, del "Brugghof", fue uno de los primeros manzaneros de Ciardes que se apuntó a la "lista de espera" de su cooperativa para comprar pequeños árboles de la codiciada variedad Bonita. Esta variedad es especialmente resistente al hongo de la sarna, una enfermedad que puede afectar a los árboles frutales. Desde 2007, Egon dirige su granja según las directrices de "Bioland", la reconocida asociación de cultivo en el sector de los alimentos ecológicos. En este contexto, el cultivo de variedades resistentes a la sarna se aplica de forma gradual y constante.

Hoy, después de cuatro cosechas exitosas con alrededor de 1.000 plantas de la robusta variedad Bonita, Egon sigue soñando con esta fruta roja y brillante. Ahora se siente, con razón, una especie de "especialista" de esta variedad. Su entusiasmo sigue fuerte, como el color rojo de la piel de esta magnífica variedad de aspecto regordete. Este año, Egon tiene previsto plantar otros 2.100 manzanos de Bonita. Al igual que hace cinco años, espera una buena cosecha. "Espero encontrar muchos árboles con brotes prematuros. Esto garantizaría un buen rendimiento ya en el segundo año. En el primer año, los árboles son todavía demasiado débiles", explica Egon.

Con esperanza y confianza, inspecciona el terreno donde pronto se establecerán los nuevos árboles. Esto ocurre a mediados/finales de abril. Sólo entonces la temperatura del suelo está en torno a los 8° C y, por tanto, la ideal para que las plantas jóvenes arraiguen rápidamente. Los primeros 30 centímetros de la capa superior del suelo son cruciales, porque las raíces más finas brotan aquí. Por eso Egon toma la mayoría de sus muestras de suelo de esta zona. Cuanto antes estén los nuevos árboles de Bonita firmemente anclados en el suelo del valle Venosta, mejor. Así, se reducirá el riesgo de que se sequen a causa del viento. El riego por goteo, que ahorra agua, mantendrá la tierra húmeda en el momento adecuado y, con suerte, las plantas brotarán rápidamente. Se trata de una actividad muy minuciosa. La plantación de nuevos árboles requiere no sólo mucha diligencia y paciencia, sino también empatía con las necesidades de la planta. Para ello, Egon ha seguido las pautas de su estimado instructor de la escuela de agricultura durante años. Siempre subrayó la importancia de dejar suficiente espacio entre los árboles de la hilera. Sólo así los árboles de las filas de atrás recibirían también suficiente luz solar.

"Con una orientación óptima de las hileras (que sería la orientación ideal de las hileras de norte a sur), apenas se crea sol y sombra en las distintas hileras de manzanos. Sin embargo, a veces el terreno no permite crear esta dirección "ideal". En este caso, es aún más importante tratar de obtener una buena iluminación cruzada (lateral) entre las diferentes filas de árboles. El agricultor tiene que cuidar esta importante condición", explica Egon, mirando al sol en el valle.

El lado de la sombra nunca debe ser demasiado grande. Hay que tomar el sol del mediodía como referencia para la orientación y determinar la distancia ideal entre los árboles de la misma fila. Si se asegura esto, una fila de manzanas nunca se convertirá en un "muro" que eclipse a las otras filas de detrás.

"Mi instructor solía decir que el agricultor, incluso cuando hace su trabajo en el lado sombreado de la hilera en verano, tiene que llevarse a casa una quemadura de sol. Si se queda blanco como un queso, es que está haciendo algo mal", recuerda Egon, sonriendo con nostalgia.

Para Egon, esta regla de su profesor es mucho más que una frase divertida para recordar. Llega al corazón de una cuestión muy compleja: el agricultor de Val Venosta puede utilizar el cálido sol de la zona en su beneficio. Si asegura una buena exposición "cruzada" de las hileras de manzanas, también influye en una proporción óptima de fruta y hojas. Si esta proporción resulta correcta, la fruta no sólo será visualmente atractiva, sino que también tendrá un sabor maravilloso. Mucho sol es un requisito para que haya mucho sabor. Pero, ¿qué quiere decir exactamente Egon con esta proporción "óptima" entre frutos y hojas? Para explicarse, muestra un "pincho de fruta" que no se puede comer. Muestra dos racimos de flores adornados con bastante follaje. Más adelante, nacerán las características flores blancas. Esta es la proporción óptima.

"Si una flor tiene suficiente compañía de follaje verde y sano a su alrededor, se nutrirá bien de ellos con su fotosíntesis y el fruto de la flor hasta la cosecha será emocionante y aromático", explica Egon.

Egon mide el aroma de una manzana por su alto contenido en azúcar o, como en el caso de la Bonita, por su marcada acidez y sus principales aromas "verdes" de plátano verde y kiwi. Los aromas secundarios ligeramente inmaduros de la grosella y el mango, seguidos de un dulce final donde predomina la flor de saúco, complementan perfectamente el perfil sensorial de la manzana favorita de Egon, su Bonita. El sabor único de esta fruta para Egon y su esposa Sonja fueron el factor decisivo para comprar más árboles de esta variedad a través de su cooperativa.

"Y por cierto, Bonita es conocida como una variedad resistente a la sarna tanto en la fruticultura ecológica como en la integrada. Es prácticamente inmune al hongo de la costra. Con la Bonita no tenemos que preocuparnos demasiado por su color pardo y, a veces, por sus llagas en las hojas y los frutos. Y ello a pesar de que su piel, de color rojo brillante, no es en absoluto dura ni gruesa, sino agradablemente suave al comerse".

El fácil cultivo sin apenas productos fitosanitarios no implica que se deje de lado a nuestra preciada variedad Bonita. Al fin y al cabo, hay otros hongos, además de la sarna, de los que hay que proteger las plantas y los frutos. Además, los pulgones y compañía siempre están encantados de encontrar un sabroso festín en el manzanar. Al igual que otros colegas, Egon combate estas plagas con medidas que favorecen a sus enemigos naturales. Las mariquitas y las tijeretas encabezan la defensa natural, pero hay muchos otros activos que participan en la riqueza del suelo de la colina de Tablà y que forman un armonioso pacto con el agricultor de Val Venosta.

Pronto llegará el momento y se plantarán los nuevos árboles de Bonita. Mientras tanto, Emil, el padre de Egon, disfruta de la tentadora fruta de la última cosecha de octubre. A sus 97 años, la jugosa y cremosa pulpa de Bonita también es una fuerte tentación para él. Padre e hijo adoran los jugos agrios que la pulpa de Bonita desprende cuando se muerde.

"Esta manzana es pura belleza en color y forma. Incluso su crujido no es demasiado exagerado. En cualquier caso, no es tan firme como lo que podría sugerir el exterior. Incluso los débiles dientes de una persona mayor como yo pueden comerla”. Emil se ríe. En "sus días" como productor de manzanas en activo, la maravillosa Bonita aún no existía. Por eso, el veterano de la manzana acompaña sus palabras de elogio con un poco de envidia, mirando a su hijo Egon, que tuvo "la suerte" de poder cultivar una manzana tan robusta.

"Para los jóvenes de hoy, todo es mucho más fácil que entonces. Pero nunca le reprocho nada. Al fin y al cabo, casi siempre me hizo caso y por eso lo hizo todo bien", sonríe Emil, mirando a su hijo con gran orgullo. Es él quien ha continuado con éxito la tradición de producir manzanas de Val Venosta. El olivo "importado" en el jardín de la familia Maringgele nunca fue una distracción, sino la prueba de que una vez más, lo soleado que es el valle Venosta en su mundo alpino. Aquí, las manzanas pueden contener realmente brisas de aire fresco y sol cálido de montaña.