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¡Hay vida en los campos!

La biodiversidad que experimentan los agricultores de Val Venosta es una cuestión de pasión

Una abeja zumba volando ocupada de flor en flor, una mariquita se sube a un tallo de hierba, mientras que un mirlo se esconde entre los frutos aún inmaduros del manzano. Un huerto en Val Venosta es un hábitat muy especial. Es un fermento de flores y vida, por lo que es imposible no notar que hay mucho más que manzanas. Hay un término específico para describir toda esta variedad de seres vivos que pululan por las praderas y los troncos de los árboles: biodiversidad. ¿Pero, qué significa realmente?, ¿cómo es posible promover la biodiversidad en la agricultura? y, sobre todo, ¿cómo contribuyen a ello los agricultores venostanos?
Cada ser vivo es importante

La biodiversidad significa, en primer lugar, la presencia de diferentes formas de vida en el mismo ecosistema, manteniendo un equilibrio entre las diferentes especies. En el complejo sistema de nuestra naturaleza, cada forma de vida tiene su propia importancia, ya sea un ser humano, un animal, un hongo o una planta. Todos estamos inseparablemente interconectados: por lo que la protección de la biodiversidad debería implicarnos y hacernos responsables a todos.
¡Haz clic en las tres secciones sobre la biodiversidad y averigua más sobre el ecosistema del huerto!
Las variedades de especies
Las variedades de especies
Así como es bueno para nosotros variar los alimentos en nuestra dieta, la naturaleza también necesita una gran variedad de especies. Las especies, al igual que los nutrientes de nuestra comida, juegan un papel y una tarea precisos, y ayudan a mantener el hábitat sano e intacto. Cuando una especie animal o vegetal muere, no solo es un acontecimiento muy triste, sino también una modificación de todo el ecosistema. Tomemos un ejemplo de los huertos de Val Venosta: demasiadas plagas + insuficientes insectos útiles = destrucción de los árboles y, en consecuencia, no hay cosecha de manzanas. El equilibrio en el ecosistema puede parecer simple pero, en realidad, conseguirlo no es nada trivial. Se necesita mucho esfuerzo y pasión para preservar la biodiversidad en la agricultura.
Variedad de ecosistemas
Variedad de ecosistemas
Un ecosistema vive de la sinergia entre un hábitat determinado y los animales y plantas que lo habitan. Todo lo que se necesita es que un elemento cambie para que las consecuencias afecten a todos los demás. Esto no significa que un ecosistema deba ser necesariamente tan grande como un bosque; incluso un huerto en Val Venosta es un ejemplo de un ecosistema que debe ser protegido. Imagina que si no hubiera insectos útiles ni polinizadores naturales viviendo en él; las perspectivas de este huerto no serían en absoluto buenas o, más bien, verdes... Por eso, los agricultores de Val Venosta protegen naturalmente el ecosistema de sus huertos utilizando muchas medidas diferentes.
La variedad genética
La variedad genética
Un tercer nivel de biodiversidad, sobre el que los productores de manzanas de Val Venosta no pueden ejercer ninguna influencia, es la variabilidad genética dentro de la especie, que puede atribuirse a las múltiples posibilidades de combinaciones de genes. Las características comunes de un ser vivo, como los colores de una flor, se expresan de varias maneras. Esto garantiza no solo que la naturaleza siga siendo tan maravillosamente colorida y multifacética, sino también que los seres vivos puedan adaptarse a las condiciones cambiantes y así sobrevivir.
Las variedades de especies
Así como es bueno para nosotros variar los alimentos en nuestra dieta, la naturaleza también necesita una gran variedad de especies. Las especies, al igual que los nutrientes de nuestra comida, juegan un papel y una tarea precisos, y ayudan a mantener el hábitat sano e intacto. Cuando una especie animal o vegetal muere, no solo es un acontecimiento muy triste, sino también una modificación de todo el ecosistema. Tomemos un ejemplo de los huertos de Val Venosta: demasiadas plagas + insuficientes insectos útiles = destrucción de los árboles y, en consecuencia, no hay cosecha de manzanas. El equilibrio en el ecosistema puede parecer simple pero, en realidad, conseguirlo no es nada trivial. Se necesita mucho esfuerzo y pasión para preservar la biodiversidad en la agricultura.
Variedad de ecosistemas
Un ecosistema vive de la sinergia entre un hábitat determinado y los animales y plantas que lo habitan. Todo lo que se necesita es que un elemento cambie para que las consecuencias afecten a todos los demás. Esto no significa que un ecosistema deba ser necesariamente tan grande como un bosque; incluso un huerto en Val Venosta es un ejemplo de un ecosistema que debe ser protegido. Imagina que si no hubiera insectos útiles ni polinizadores naturales viviendo en él; las perspectivas de este huerto no serían en absoluto buenas o, más bien, verdes... Por eso, los agricultores de Val Venosta protegen naturalmente el ecosistema de sus huertos utilizando muchas medidas diferentes.
La variedad genética
Un tercer nivel de biodiversidad, sobre el que los productores de manzanas de Val Venosta no pueden ejercer ninguna influencia, es la variabilidad genética dentro de la especie, que puede atribuirse a las múltiples posibilidades de combinaciones de genes. Las características comunes de un ser vivo, como los colores de una flor, se expresan de varias maneras. Esto garantiza no solo que la naturaleza siga siendo tan maravillosamente colorida y multifacética, sino también que los seres vivos puedan adaptarse a las condiciones cambiantes y así sobrevivir.

¿Quién se ocupa de ellos? ¡Nosotros!

¿Ser indiferente y dejar que la naturaleza siga su curso, o ser vigilante y protegerla activamente? Para los agricultores de Val Venosta, la atención a la naturaleza es tan parte de la rutina diaria como "plantar y seleccionar". La razón es clara, de hecho, ¡natural! La tierra que los agricultores cuidan, a menudo durante toda su vida, es la base de su subsistencia y la de las generaciones posteriores. Pero, ¿qué tiene que ver exactamente el compromiso de los agricultores con la biodiversidad? Haz clic en los símbolos de la imagen y averígualo.
¿Cómo se puede practicar la biodiversidad en la agricultura?
Cultivo intensivo de frutas sostenible
Cultivo intensivo de frutas sostenible
¿Más filas de manzanos significa menos sostenibilidad? No, al contrario. El cultivo intensivo es aún más sostenible, porque a medida que aumentan las cantidades producidas por unidad de superficie, disminuyen los recursos utilizados para cada manzana. Un alto rendimiento por hectárea reduce la cantidad de CO2 emitida, preserva la tierra cultivable y por lo tanto también protege la biodiversidad.
Suelos saludables
Suelos saludables
Es increíble... En solo un metro cuadrado de un huerto en Val Venosta viven 4.000 seres vivos terrenales. Este es el resultado de un estudio realizado por investigadores de la EURAC y de la Universidad de Innsbruck en el marco del proyecto "SoilDiv" (2011-2013). Es una muy buena prueba para los suelos cultivables del Tirol del Sur y la confirmación de que el cultivo integrado en Val Venosta los mantiene sanos y vitales.
Un buen balance de CO2
Un buen balance de CO2
Desde la planta hasta el embalaje en una cooperativa, ¡las manzanas de Val Venosta hacen todo el camino! El aspecto positivo es que, según un estudio de la Universidad de Bolzano, solo se producen 51 gramos de dióxido de carbono por kilo, es decir, menos de lo que emite un kilómetro recorrido en coche. Gracias al alto rendimiento por hectárea y al bajo consumo de los recursos utilizados, el cultivo de manzanas en el Tirol del Sur tiene un impacto casi nulo. Además, los huertos de manzanas filtran alrededor de 2,5 toneladas de dióxido de carbono por hectárea y año, que es asimilado por las plantas, las raíces y el suelo.
Irrigación por goteo
Irrigación por goteo
El ahorro de agua también ayuda a la naturaleza: por esta razón, los agricultores de Val Venosta han confiado en sistemas de irrigación modernos y eficientes durante mucho tiempo. Desde el principio, los nuevos huertos han sido equipados con sistemas de riego por goteo que limitan el desperdicio de agua debido a la evaporación. En los nuevos huertos, la irrigación supra-chioma se utiliza principalmente como solución anti-helada. Por último, desde la primavera de 2019, se ha ensayado un nuevo sistema en un proyecto piloto que mide el contenido de humedad del suelo y permite regarlo según sea necesario.
Hábitats de animales y plantas
Hábitats de animales y plantas
Aparte del monocultivo, en un huerto de Val Venosta se cultivan entre 25 y 50 especies diferentes de plantas. Sin mencionar las miríadas de insectos y arácnidos que encuentran refugio y alimento entre las hojas de hierba y otros cultivos circundantes. Los huertos de manzanas de Val Venosta son ecosistemas ricos, cuya complejidad es comparable a la de un césped cortado.
Cultivo intensivo de frutas sostenible
¿Más filas de manzanos significa menos sostenibilidad? No, al contrario. El cultivo intensivo es aún más sostenible, porque a medida que aumentan las cantidades producidas por unidad de superficie, disminuyen los recursos utilizados para cada manzana. Un alto rendimiento por hectárea reduce la cantidad de CO2 emitida, preserva la tierra cultivable y por lo tanto también protege la biodiversidad.
Suelos saludables
Es increíble... En solo un metro cuadrado de un huerto en Val Venosta viven 4.000 seres vivos terrenales. Este es el resultado de un estudio realizado por investigadores de la EURAC y de la Universidad de Innsbruck en el marco del proyecto "SoilDiv" (2011-2013). Es una muy buena prueba para los suelos cultivables del Tirol del Sur y la confirmación de que el cultivo integrado en Val Venosta los mantiene sanos y vitales.
Un buen balance de CO2
Desde la planta hasta el embalaje en una cooperativa, ¡las manzanas de Val Venosta hacen todo el camino! El aspecto positivo es que, según un estudio de la Universidad de Bolzano, solo se producen 51 gramos de dióxido de carbono por kilo, es decir, menos de lo que emite un kilómetro recorrido en coche. Gracias al alto rendimiento por hectárea y al bajo consumo de los recursos utilizados, el cultivo de manzanas en el Tirol del Sur tiene un impacto casi nulo. Además, los huertos de manzanas filtran alrededor de 2,5 toneladas de dióxido de carbono por hectárea y año, que es asimilado por las plantas, las raíces y el suelo.
Irrigación por goteo
El ahorro de agua también ayuda a la naturaleza: por esta razón, los agricultores de Val Venosta han confiado en sistemas de irrigación modernos y eficientes durante mucho tiempo. Desde el principio, los nuevos huertos han sido equipados con sistemas de riego por goteo que limitan el desperdicio de agua debido a la evaporación. En los nuevos huertos, la irrigación supra-chioma se utiliza principalmente como solución anti-helada. Por último, desde la primavera de 2019, se ha ensayado un nuevo sistema en un proyecto piloto que mide el contenido de humedad del suelo y permite regarlo según sea necesario.
Hábitats de animales y plantas
Aparte del monocultivo, en un huerto de Val Venosta se cultivan entre 25 y 50 especies diferentes de plantas. Sin mencionar las miríadas de insectos y arácnidos que encuentran refugio y alimento entre las hojas de hierba y otros cultivos circundantes. Los huertos de manzanas de Val Venosta son ecosistemas ricos, cuya complejidad es comparable a la de un césped cortado.