¡Hay vida en los campos!
La biodiversidad que experimentan los agricultores de Val Venosta es una cuestión de pasión
Una abeja zumba volando ocupada de flor en flor, una mariquita se sube a un tallo de hierba, mientras que un mirlo se esconde entre los frutos aún inmaduros del manzano. Un huerto en Val Venosta es un hábitat muy especial. Es un fermento de flores y vida, por lo que es imposible no notar que hay mucho más que manzanas. Hay un término específico para describir toda esta variedad de seres vivos que pululan por las praderas y los troncos de los árboles: biodiversidad. ¿Pero, qué significa realmente?, ¿cómo es posible promover la biodiversidad en la agricultura? y, sobre todo, ¿cómo contribuyen a ello los agricultores venostanos?