Reconocer la calidad a primera vista
La primera impresión cuenta, incluso para las manzanas. Una manzana debe ser firme y lisa, con una piel sin abolladuras, grietas o cortes. Esto es un signo de frescura y de un correcto almacenamiento. Si, por el contrario, la manzana está ligeramente arrugada, es probable que se haya almacenado incorrectamente o durante demasiado tiempo. Las manzanas de alta calidad también pueden reconocerse por la cavidad que rodea el tallo, la llamada cavidad peduncular, que proporciona información importante sobre la madurez de la manzana. Si la cavidad del pedúnculo es profunda y ancha, la manzana se ha recogido madura. Además, te sugerimos oler la manzana porque el olor de la piel suele ser similar al de la pulpa.