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Cómo disfrutar al máximo de las manzanas

Consejos para comprar, conservar y comer manzanas

Nos encantan nuestras manzanas y esperamos que tú también puedas disfrutarlas al máximo, hasta el último bocado. Por eso queremos darte algunos consejos útiles, como qué tener en cuenta a la hora de comprar manzanas, cómo conservar su aroma y qué hacer antes de comerlas.

Reconocer la calidad a primera vista

La primera impresión cuenta, incluso para las manzanas. Una manzana debe ser firme y lisa, con una piel sin abolladuras, grietas o cortes. Esto es un signo de frescura y de un correcto almacenamiento. Si, por el contrario, la manzana está ligeramente arrugada, es probable que se haya almacenado incorrectamente o durante demasiado tiempo. Las manzanas de alta calidad también pueden reconocerse por la cavidad que rodea el tallo, la llamada cavidad peduncular, que proporciona información importante sobre la madurez de la manzana. Si la cavidad del pedúnculo es profunda y ancha, la manzana se ha recogido madura. Además, te sugerimos oler la manzana porque el olor de la piel suele ser similar al de la pulpa.
 
 
 
 

¿Amarilla, roja o verde?

Normalmente asociamos una piel roja y brillante con una manzana madura. Sin embargo, el color de la manzana no sugiere si la manzana ha alcanzado la plena madurez. Algunas variedades, como la Granny Smith, por ejemplo, tienen un color verde hierba aunque estén completamente maduras.
 
 
 
 

Almacenar las manzanas en un lugar fresco

Colocar las manzanas en un frutero en la cocina o en el salón queda muy cuqui, pero no es la mejor manera de almacenarlas. A estas frutas les gustan las habitaciones frescas (pero no frías), oscuras y bien ventiladas. A temperaturas de entre 1 y 5° C se mantienen frescas durante mucho tiempo, el proceso de posmaduración se ralentiza y las manzanas conservan su humedad y no se arrugan. Los sótanos, los garajes y las despensas son ideales para guardarlas durante más tiempo, mientras que el compartimento de las verduras del frigorífico es adecuado para unos pocos días. Te recomendamos colocar las manzanas con cuidado sobre unas cuantas capas de papel de periódico o cartón, con el tallo hacia abajo y el cáliz hacia arriba.
 
 
 
 
 
Guárdalas bien
Guárdalas en un lugar fresco, con poca luz y lejos de otras frutas.
No las peles
Cómelas con la piel, ¡es un auténtico chute de vitaminas!
Lávalas
Elimina los gérmenes y la suciedad antes de comerlas.

Las manzanas prefieren estar solas

A las manzanas no les gusta el contacto con otras frutas. Por ello, te recomendamos guardarlas por separado. Las manzanas emiten un gas llamado etileno que acelera el proceso de maduración de las frutas y verduras, pero también el de degradación. Los plátanos, por ejemplo, se oscurecen más rápidamente si se almacenan junto a las manzanas. Además, es una buena práctica comprobar el estado de estas frutas al menos una vez a la semana y retirar todas las manzanas defectuosas para evitar posibles daños.
 
 
 
 

La piel es valiosa

La piel de la manzana es un verdadero aliado del bienestar. Contiene un alto contenido en vitaminas, minerales, fibra dietética y fitoquímicos secundarios como la quercetina. Se ha demostrado científicamente que el contenido en vitaminas de la cáscara es siete veces mayor que el de la pulpa. La quercetina y la vitamina C protegen la pulpa de los rayos solares. Por eso su concentración es mayor en la parte exterior de la manzana. Puedes disfrutarlos con seguridad en su piel y beneficiarte de todas sus virtudes inherentes.
 
 
 
 

La mejor manera de lavar y disfrutar de las manzanas

El viaje de las manzanas desde el Paraíso de la Manzana en Val Venosta hasta el punto de venta dura varios días. Por ello, se recomienda lavar bien las manzanas con agua tibia antes de comerlas, frotando la piel para eliminar los gérmenes y la suciedad. Después de lavarlas, puedes secarlas con papel de cocina. Disfruta de las manzanas a temperatura ambiente, ya que el aroma se desarrolla plenamente.
 
 
 
 
 

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