Si Félix, de la granja Gaudenz Gutshof Isser en Parcines, decide no recoger todas las manzanas del árbol en el momento de la cosecha, no lo hace por error, sino conscientemente. Permitiendo así que algunas manzanas disfruten del sol venostano para madurar otros diez días en las ramas. La imagen recuerda un poco a un árbol de Navidad todavía decorado, con una estrella en la parte superior, como para prolongar este importante y mágico período. "Las manzanas de esta pequeña fila no se recogen junto con las otras porque mi madre Christine prefiere mantenerlas a un lado y convertirlas en algo muy especial...".

Cada año Christine "asegura" estos deliciosos manjares para destinarlos al arte de la destilación de la grappa. De esta manera, las manzanas que aún cuelgan del árbol están destinadas a un propósito particularmente noble. "Mi hijo sólo me da manzanas perfectamente limpias y sanas que de otra manera entregaría a la cooperativa. La trituración debe tener lugar en el momento adecuado. Esto significa que añado la levadura en un recipiente especial para permitir la fermentación alcohólica. Gracias a la destilación obtengo un destilado de manzanas de Val Venosta con un olor maravilloso y un ingrediente único, briznas de aire fresco de montaña". Para Félix y Christine de la granja Gaudenz Gutshof Isser, esperar el momento adecuado es de suma importancia y esto también se aplica a todo lo que sucede en la granja. En esto siguen los pasos de su abuela Annelies, que les enseñó a reconocer los beneficios de una correcta aplicación en los procesos agrícolas. Para que el destilado de la manzana se desarrolle y libere su intenso y característico aroma, las manzanas deben ser cosechadas en el momento adecuado. Con la luna menguante, se necesita menos fertilizante en los huertos y el vino también absorbe mejor el dióxido de carbono cuando Félix embotella sus aproximadamente 5.000 botellas de vino al año durante esta fase lunar.

El tiempo parece haber sido siempre benévolo en la residencia medieval de la granja de Gaudenz Gutshof Isser, probablemente porque sus dueños siempre la han considerado un bien valioso y la han tratado con respeto. Todo parece muy idílico. "Para ciertas cosas simplemente hay que tomarse tiempo, por ejemplo para aprender unos de otros", dice Christine. Y aquí la transferencia de conocimientos no sólo tiene lugar de la generación mayor a la menor, sino también al revés. Después de su formación en la escuela profesional de fruticultura y viticultura, y gracias a la experiencia laboral adquirida tanto en Italia como en el extranjero, Félix enriqueció la granja con nuevos conocimientos que tuvieron que superar el escepticismo inicial de su madre Cristina y su abuela Annelies. Ejemplos de ello son la poda de los manzanos y sus viñedos Goldmuskateller, Zweigelt y Müller-Thurgau.

Mamá Christine no sólo comparte su conocimiento con su familia, sino con todos los interesados. Porque Christine es una de las más de 40 embajadoras de la manzana del Sur del Tirol. Como tal, invita a visitas guiadas a los huertos de manzanas y entre sus visitantes se encuentran escolares, muchos turistas y, de vez en cuando, también gente del lugar. Durante estas visitas habla de manzanas, flores, polinización, insectos, protección de cultivos y mucho más. "Tratamos con manzanas todos los días y por lo tanto sabemos todo sobre las manzanas. Pero hay mucha gente que no sabe mucho sobre las manzanas. Por eso tenemos que informar más, trabajar y enseñar con paciencia, lo cual es muy importante", dice Christine.

"Hoy en día, los cultivadores de Venosta trabajan con modernas estaciones meteorológicas en las que confían para predecir el viento, la temperatura y la lluvia. En la zona de mayor producción de manzanas de Europa era muy distinto en el pasado. Mi abuela solía basar sus pronósticos en experiencias personales de años anteriores e intentaba adaptarlos al presente", dice Félix. Los consejos y trucos vienen con el clima. A veces las tres generaciones tienen que trabajar juntas en mejoras e innovaciones antes de adoptar medidas como parte integral del proceso de producción. Un ejemplo es la lucha contra la helada con velas anticongelantes. "Nunca hemos hecho esto antes, una experiencia única. El primer año tuvimos 750 velas anticongelantes en nuestras 2,5 hectáreas de tierra y funcionó! Fue una inmensa alegría y una gran satisfacción ganar juntos la lucha contra la escarcha", explica la abuela Annelies.

El amor por la naturaleza y todo lo que están dispuestos a dar en el momento adecuado une a las tres generaciones que viven en la granja Gaudenz Gutshof Isser en Parcines. Aquí todo parece encajar armoniosamente, aunque con una clara distinción de responsabilidades, pero con muchas sinergias y entusiasmo. Mientras la abuela Annelies se mueve de un lado a otro de la propiedad con una vieja Vespa con caja de cambios manual para comprobar si todo está en orden y mamá Christine se deleita con la producción de destilados de manzana y grappa, Félix demuestra que su pasión por la fruta y la viticultura es necesaria y apreciada.

El momento adecuado es lo más importante y ya es parte del ADN de los antepasados. La manzana nunca cae lejos del árbol, esto hace crecer el entusiasmo de los muchos compradores satisfechos de manzanas, vinos y licores. También ellos reconocen y aprecian la calidad de los productos típicos de la Val Venosta de la granja Gaudenz Gutshof Isser. Los orígenes de esta apreciación se remontan probablemente al siglo XIV cuando Gaudenz de Parcines, un caballero que vivía aquí, sentó las bases de las degustaciones de frutas y vinos nobles: en forma pura o refinada, según el gusto y el espíritu innovador de sus habitantes.