30 min.
Batir enérgicamente la mantequilla con el huevo. Añadir la ricota, la harina y la sémola, mezclar y amasar. Extraer los huesos de los albaricoques y, en su lugar, meter un terrón de azúcar en cada albaricoque. Dividir la masa en unas 18 partes de igual tamaño y, con las manos bien enharinadas, envolver cada albaricoque con cada parte de masa. Cocer durante unos 10-15 minutos en abundante agua a fuego medio.
Derretir la mantequilla en una sartén, añadir el azúcar y el pan rallado y, cuando las bolitas de albaricoque estén cocidas, remover junto a la mantequilla, el azúcar y el pan rallado brevemente.