70 min.
Chips de Manzana Bonita con canela
Un snack sano y delicioso para quitar el hambre. Ideales para compartir
Las chips de manzana con sabor a canela son realmente sanas, sabrosas y sin azúcares añadidos. Son perfectas para comer a media mañana, por la tarde o para adornar una ensalada o un plato salado. Prácticas y fáciles de racionar ¡ideales para llevar a cualquier parte! El único inconveniente... un bocado lleva a otro.
115 min.
Preparación
Para preparar los chips de manzana con la canela, lava y seca las manzanas. Precalienta el horno a 110°C y forra 2 bandejas de horno con papel de hornear. Corta las manzanas en rodajas finas, de unos 2 mm de grosor, horizontalmente. Coloca las rodajas de manzana en las bandejas de horno en una sola capa. Pon la canela en un colador y espolvorea las rodajas de manzana.
Hornea a 110°C durante 1 hora aproximadamente, después des la vuelta a las rodajas de manzana y hornea de nuevo durante 45 minutos aproximadamente, colocando una cuchara de madera en la puerta del horno, para que quede un hueco por el que pueda salir el vapor. Cuando las manzanas se hayan curvado ligeramente y estén secas, estarán listas. El tiempo de secado puede variar en función del grosor de las rodajas, por lo que hay que comprobarlas a menudo hacia el final de la cocción.
Al principio aún estarán un poco blandas, pero una vez frías estarán bien crujientes. Guarda los chips de manzana en una bolsa de papel para que conserven su textura.
Consejo
Las manzanas secas suelen ser más dulces que las frescas, por lo que no es necesario añadir azúcar. Si en cambio las prefiere muy dulces, espolvorea las rodajas de manzana con una mezcla de canela y azúcar glas.
Consejo
Las manzanas secas suelen ser más dulces que las frescas, por lo que no es necesario añadir azúcar. Si en cambio las prefiere muy dulces, espolvorea las rodajas de manzana con una mezcla de canela y azúcar glas.
Receta de Julia Morat
Passione Cooking
A Julia, italiana que habla principalmente alemán (es de Trentino-Alto Adige), le encanta retomar las recetas familiares de su madre Reinhild y su abuela Imma, enriqueciéndolas con algunos elementos innovadores e internacionales. Julia admite que por mucho que se relaje en la cocina, si hay algo que no se le da bien es seguir las recetas. En la cocina le gusta ser atrevida, experimentar, combinar. ¿El ingrediente que nunca falta en sus creaciones? La sonrisa.
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